miércoles, 2 de agosto de 2006

Eeeeeeeeee la concha de tu madre. Qué paja todo. Estoy acá en un estado medio entre alpedismo y sueño, y es lo peor, porque se potencian una a la otra recíproca y simbióticamente. Estar al pedo te da sueño y tener sueño da ganas de estar al pedo. Tonce te querés poner a postear y ya empezamos con las excusas de puto cagón que le duele la espalda: "uh, qué paja" o "uh, qué sueño". Pero estoy tan grosso que ya no me creo mis excusas y me propongo escribir pelotudeces en serie de cualquier forma. Y ahí es cuando te cabió. Bueh, un cachito antes, pero te cabió igual. Se dice que te cabe pero no cuando (?).

La monotematía (?) de este blog ya me está asustando. Laburo, paja, blah. Laburo, paja, blah. Estoy pensando en anular el blah y se va todo al carajo (?). Ah, ya sé. Resulta que ayer me corté el pelo y es algo que da muy poco. No tiene forma, no tiene estilo, no tiene onda, no tiene un pito. Menos mal que no tiene pito porque ni da ponele que se te pare una pija en la cabeza, quedás re Teletubbie. A lo que iba es que el pelo recién cortado es más deprimente que una novela sobre los veteranos de Malvinas con Claribel Medina y Gastón Pauls.

El que la está haciendo bárbara es Fidel. Le avisaron que la gente se estaba olvidando de lo que era el comunismo pero le daba paja fusilar un par o bardear a Bush así que dijo "ya fue, me hago el enfermo y tiro el amague para que se piensen que reestablecen la democracia en Cuba".

"Excelente idea, comandante."
"Deje de chuparme el orto, Rodríguez."

Que paja, que sueño, fue.