Tanto tiempo, mis queridos amigos... y Pelón (?). Ya estaba extrañando este momento de encuentro, de sex appeal, con ustedes. Diferentes actividades de una vida muy atareada (?) me han tenido al margen de la fruta y todo el círculo, pero acá estamos de nuevo, al pedo y con muchas ganas de decir pelotudeces en serie, la especialidad de la casa. Algunos preparan platos deliciosos, otros hacen petes deliciosos, nosotros nada más decimos pelotudeces [bah, si alguno hace pete avise, egoísta (?)].
La cosa es que miércoles y jueves fui llevado por mi profesor de finanzas al XXII congreso de finanzas (no, si va a ser de bioquímica, pito corto) con Delfina "con estos zapatos parezco reumática" Cecchetti y una chica de 4to que lo más inteligente que supo decir fue al ver una lista de personas en la pantalla: "Mirá! -acá dijimos 'uh, encontró algo grosso'- Hay cuatro Jorges!". Definitivamente apliqué al instante una cara de (?) con la ceja más arqueada que pude contornear, tragué jajajeo que me hubiese hecho merecedor de un sopapo desfigurador de jeta, y ya con lo deforme que soy me alcanza (?).
El evento se llevó a cabo en el Plaza no sé cuanto Hotel, ahí sobre Carlos Pellegrini [un día de estos lo va a aplastar (????)], y era grosso porque tenía puerta giratoria, a la que obviamente le hice la gran calesita y todos los ejecutivos me miraron raro, no sé si por lo de la puerta o porque les calentaba mi corbata.
Al principio, lo de siempre: hacer lobby, poner cara de "No, no dirijo ninguna empresa pero al menos se me para, gil" (?), afanarse chocolates del puesto de Marsh, biromes, resaltadores y tocarle el culo con grandilocuencia a la de catering [Fulop (?)], bajando la cabeza y levantando las manos cual Raúl Cascini e indicando un claro "no lo toqué, juez".
El primer panel habló de los problemas de la educación. Dos expertos en el tema a los cuales conocía tanto como la división regional de Sri Lanka en época colonial. Bueno, ellos hablaban, nosotros escuchábamos y anotábamos, otros dormían y algunos pedían a gritos traslado inmediato a geriátrico de la zona. Así, después de tantas idas y venidas (?), llegó el tan esperado coffee break. Atacamos las medialunas con peculiar voracidad, mientras que la de los chocolates había implementado un clásico sistema: la cara de culo. Ya nos daba cosa ir a buscar más, parecía que en cualquier momento se tiraba un pedito por la nariz (?). Encima Delfi se hacía la boluda y me encajaba todo el fardo a mí, qué será de mí yo tan bueno que era... Me va a chupar el hoyo negro, me va a chupar el hoyo negro!!! (?). Perdón, me desbandé, no va a volver a pasar, lo prometo.
Después del coffee break siguió pero la verdad ya ni me acuerdo de qué hablaron. Ah sí ahí me acordé: como mantener una empresa en épocas turbulentas. En realidad es muy simple: latigazo limpio a los empleados, amenaza de muerte a los acreedores y cine finlandés para todos, por putos (?). Al primer gremio o mafia china que se retobe... primer vuelo al Congo, te lo tomás y empezás nueva vida con la familia de Mukenio (?). Les mostrás el dulce de leche, las empanadas, la jeringa descartable, dos ampollas de heroína y tole tole hasta el alba, cuando los agarrás totálmente dados vuelta y les encajás bonos de la deuda en default diciendo que son entradas para Episodio III en el Cinemark de ahí a la vuelta (?), que les re cabe porque se identifican con Chewbacca (?). Me desbandé de nuevo, qué gil.
Segundo día de Congreso: me aburrí, chau.