Don Camilo siempre fue medio callado, algo que su esposa nunca llegó a saber si se debía a su sonora timidez o a haberse rebanado la lengua mientras probaba si la tijera estaba afilada, lo que lo convierte de golpe y porrazo (?) en terrible pelotudo. Una persona laburadora, de esas que viven preocupándose porque nunca falte el pan sobre la mesa ni el cable pirata que le deje ver porno a la madrugada. Hace dos años ya que se jubiló y con una ayudita de sus hijos, tira hasta fin de mes. Sin embargo, está preocupado, porque en cualquier momento el corazón puede empezar a pedirle pastillas y ahí sí que el presupuesto se iría a la mierda. Ni hablar si su mujer le llega a pedir pija, porque el amigo también solicitaría pastilla, aunque hace ya unos años que ambos están retirados de la actividad. "Colgó el pito", se podría decir, porque los huevos los tiene colgando desde que nació (?).
Hace 9 años la vida lo bendijo con un nieto. Si bien él hubiese preferido un flat panel 16:9 de 44 pulgadas, algo es algo y a caballo regalado no se le miran los dientes pero que bien le vendría usar ortodoncia. Imaginátelo vos al pura sangre, sin poder masticar porque le apretan los brackets, ahí se te muere desnutrido y chau Gran Premio Nacional, gil.
Resulta que una tarde, Martincito entró con su grupete de amigos. Jajjajaj dije pete (?). El gordo, el negro, el picapiedra y el enano. Al picapiedra lo apodan así no por ser más rustico que casa de Adobe (Photoshop) y arado a buey sino de drogón que es. Dicen las malas lenguas que se fuma unos panqueques del tamaño de un Cofler GO y hasta les pone almendras como para disimular. Una mañana cayó tan drogado al colegio que en vez del aula se metió en el baño, estuvo 45 minutos sentado en uno de los inodoros y se fue puteando a la maestra por haber faltado además de prometer reclamarle a la directora que vuelva a poner los bancos en su lugar porque escribir sobre las piernas es incomodísimo. Sus padres ya no saben qué hacer, pero claro, tienen un nivel de heroína en sangre que dos inyecciones más y se convierten en She-ra. El picapiedra entra a su casa todas las tardes y se encuentra al viejo disfrazado de conejo, en un estado de éxtasis supremo yendo de acá para allá a los saltos y gritando "¡TRIX ES SOLO PARA CHICOS!", a lo que sale corriendo por la puerta de atrás haciendo pito catalán.
Bien, les decía que Martincito entró con sus amigos; iba a buscar la pelota porque se venía un partidito contra los de la 37 en la plaza. A los del otro colegio les tocaba llevar los arcos (?). Les dijo a sus amigos que esperaran sentados en la mesa de la cocina, que ya volvía.
Negro: "Che, esta casa es enorme, boludo."
Gordo: "¿Habrá algo de comer en la heladera?"
Enano: "Siempre igual vos gordo eh."
Gordo: "Y bueno loco, una vez almorcé hoy nada más"
Enano: "¿Qué comiste?"
Gordo: "Cuatro milanesas a caballo con papas a caballo y tres Serenito de vainilla, a caballo. Pero tomé Coca light!"
A todo esto, el picapiedra, más caradura que el hombre de la máscara de hierro, empezó a fumarse uno ahí mismo. Las flores se marchitaron, el canario dejó de cantar. Los muchachos lo miraron sorprendidos.
Negro: ¿Qué hacés pica? ¿Tas loco?
Picapiedra: "No pasa nada boludo, total el abuelo de Martín es sordo." (?)
Voladísimo el pendejo. Pocas veces se podrá ver una escena más lastimosa... o más graciosa. Picapiedra se subió a la mesa, sosteniendo el faso entre el labio y la nariz, y empezó a bailar el aserejé con un desenfreno notable. Bueno, contado no es gracioso, pero ya va a salir la película y se van a reir como locas (?). Los pibes, acelerados por el insoportable ritmo de la canción, intentaban bajarlo como podían, pero no había forma de hacerlo. Lo mejor sería esperar a que la canción terminase y rezar para que no estuviese puesto el repeat.
En medio de la hecatombe, el gordo se abalanzó sobre la heladera, la abrazó con el amor que abraza un nene a su madre después del primer día de jardín, le pidió que nunca más volviesen a separarse y arrancó con el vaciamiento. Soberbio atracón se mandó en tan solo 3 minutos, alimentándose con cosas entre las cuales resaltaron: un dulce de leche, una bolsa de orégano por la mitad, un pollo crudo sin deshuesar, todos los cubitos del freezer, un kilo de papas y el jarabe para la tos, que andaba medio con flemas y quería estar bien para el partido.
Pero claro, como todos esperaban, apareció Martín. Tampoco iba a estar 3 horas buscando la pelota como para que yo siguiese narrando pelotudeces una atrás de la hora. Che boludo, feliz San Cayetano. Y agarrámela con la mano. Sori, sigo. Con la pelota bajo el brazo derecho, recién inflada y mostrándola orgulloso, entró muy campante por el pasillo.
Martín: "Listo muchachos, ya podemos ir saliendo si... ¿Qué carajo están haciendo?"
El gordo, ante la desesperación, no supo hacer otra cosa que encerrarse en la heladera con una pata de pollo en la mano y le siguió dando mientras los otros hablaban.
Negro: "Eh... pará, te puedo explicar..."
Martín: "¡BOLUDOOO... EL ASEREJÉ, QUE ZARPADO! A ver correte un cacho. ¿Cómo es Pica? Ja, deje, dejebe tu dejebere..."
Enano: "¡Gordo pelotudo, salí de la heladera!"
Y se abrió la puerta. Con un par de Terrabusi de chocolate en la mano que todavía no se sabe de dónde mierda los sacó, el gordo se mostró tiritando ante todos, recontra re cagado de frío, y ya que está aprovechaba para masticar por inercia, y por el hambre que tenía; hijo de mil puta no para de morfar. Llegada esta altura de la historia, el picapiedra ya se había terminado su porrini y el aserejé no daba para más, pero Martín pedía más, más, más. Tiernamente, le dijeron todos que se metiera un palo en el orto más la posterior palanca y que no rompiese más las pelotas.
La hora del partido se acercaba y el equipo, en simples palabras, tenía: un drogado con sus capacidades mentales reducidas a un porcentaje mínimo, un gordo bulímico fanático del Terrabusi de chocolate y un enfermito del aserejé con más ganas de autochuparse que de otra cosa. La única forma de ganar era... no, no había forma de ganar, ni en pedo. Pero los muchachos igual iban al frente. Iban al frente, hacían ring-raje y volvían corriendo a lo de Don Camilo. A la 4ta vez el gordo ya estaba pidiendo oxígeno, con la mirada, porque ni moverse podía, y el picapiedra iba al trote, armándose otro panqueque de manzana al rhum. El partido contra los de la 37 lejos estaba ya, como a unas 10 cuadras, y a todos les daba terrible paja caminar, así que decidieron plantarlos. No habían terminado de decir plantarlos que el picapiedra se acordó de ir a regar el cannabis. Llegó a su casa y estaban el conejo de Trix, el tigre Tony, Melvin, el viejo de Quaker y Alf, que venía de visita a ver al puto de Willy, en medio de una terrible orgía, bañados en leche con cereales y jugando a armar los rompecabezas de la parte de atrás de la caja.
Qué más les puedo contar... Cayendo la tarde, aparecieron los de la 37 en lo de Don Camilo con todas las intenciones de propinarles una golpiza por el plantón y se encontraron a los muchachos jugándose un Ludo-Matic mientras hacían la vertical, como para darle un poco más de emoción a la cosa, que si no te sale un 6 te querés pegar un tiro. AL gordo le dijeron que cuando caías arriba de otra ficha la comías y se le iluminaron los ojitos. El problema es que Martín se tuvo que sentar a negociar con esta gente, logrando cerrar trato en una taza de Nesquik y prestar el Monopoly. El maletín con los 250.000 estaba en el 18 (?).
Y bueno, señoras, señores, esta banda de giles conmigo a la cabeza se va para Bariloche de viaje de egresados. Sé muy bien que este post apesta pero tengo sueño, lo estoy haciendo a las apuradas y bueh, es lo que hay. Espero poder frutearles desde allá, algo así: "Hola, estamos acá con Pelón y tenemos un pedo que no podemos respirar. Como les iba a contar af ufiadhf jhbfckjhf iughdufuig jcnv uk abracín afcuig fipg hbd hzv h jdisjj pete efd iug sidygvysdg nieve afduakgf iuñ uiaiu gil (?)".
El 17 estamos de vuelta, nos veremos entonces.